Han pasado 50 años desde la muerte de Franco y, sin embargo, sigue circulando un argumento tan viejo como falso: “Con Franco se vivía mejor. España crecía más. Si siguiéramos en dictadura estaríamos mejor.”
No sólo es un insulto a la inteligencia; es un insulto a la evidencia. A la historia. A la economía seria. Y, sobre todo, a quienes tuvieron que vivir bajo un régimen de censura, represión, atraso social y miseria material durante décadas.
Porque sí: España creció durante el desarrollismo de los 60.
¿Pero sabes qué? También lo hizo toda Europa occidental, en mayor medida y a mayor velocidad… y eran democracias.
Lo que demuestra el crecimiento de los 60 no es que Franco fuese un buen gestor: demuestra que cuando España abrió un poquito las ventanas y dejó entrar el aire europeo, la economía respondió. A pesar de la dictadura, no gracias a ella.
Y eso no lo dice un “rojo”, lo dicen los economistas más citados del mundo.
Las democracias crecen más: lo dicen todos los estudios serios
La creencia de que “las dictaduras crecen más” es uno de esos cuentos que prosperan cuando la gente no lee nada más largo que un tuit. La literatura académica lo ha desmontado una y otra vez.
Aquí tienes lo que muestran los estudios:
1. La democratización aumenta el crecimiento (Economic Journal, 2008)
El trabajo de Papaioannou & Siourounis es demoledor:
cuando un país pasa de dictadura a democracia, su PIB per cápita crece alrededor de un punto más cada año durante una década.
España lo vivió en primera persona: la democracia permitió modernizar el Estado, abrirse a Europa, atraer inversión, profesionalizar instituciones y crear una economía competitiva. Todo eso es exactamente lo que la literatura sostiene que genera crecimiento.
2. La experiencia democrática es el mejor predictor de desarrollo (World Politics, 2005)
Gerring y sus coautores lo resumen claro:
las democracias, cuanto más tiempo llevan siéndolo, más ricas se vuelven.
No al revés.
La estabilidad institucional, la separación de poderes, la libertad de prensa y el control del abuso de poder son motores de crecimiento. ¿Qué parte de esto tenía la España franquista? Exacto: ninguna.
3. Los datos de crecimiento de las dictaduras están inflados (World Bank, 2018)
Y aquí llega lo más divertido: Martínez (2018) demuestra que las dictaduras manipulan sus estadísticas económicas.
Sí, lo que estás pensando:
ese “gran crecimiento” del que tanto presumen algunos nostálgicos… probablemente ni siquiera fue real, al menos no en los niveles que se declaran.
La propaganda no era sólo política; también era económica.
El mito del dictador eficiente: una fantasía peligrosa
La idea de que un régimen autoritario gestiona mejor la economía es algo que sólo se sostiene si piensas que:
la corrupción se arregla dando poder absoluto a un solo hombre, la libertad es un capricho, no un pilar del progreso, y los datos oficiales de las dictaduras son fiables.
Los estudios muestran lo contrario:
Las dictaduras tienen más corrupción clandestina, porque nadie les vigila. Tienen menos inversión en educación, porque no necesitan ciudadanos críticos. Tienen más volatilidad: grandes booms… seguidos de grandes crisis. Tienen instituciones más débiles, sin jueces independientes ni transparencia.
Mientras tanto, las democracias:
invierten más en capital humano, protegen mejor los derechos de propiedad, atraen más inversión extranjera, innovan más, y, lo que es más importante, no cierran periódicos ni encarcelan opositores.
Crecen menos espectacularmente en el corto plazo… pero crecen mucho más a largo plazo.
Esa es la diferencia entre progreso sostenible y un fogonazo propagandístico.
¿Y España? ¿Qué habría pasado si Franco siguiera vivo?
Pongamos las cosas claras:
Si España hubiera mantenido la dictadura…
No habríamos entrado en la Unión Europea. Ningún régimen autoritario lo habría hecho. No habríamos recibido cientos de miles de millones en fondos estructurales. No tendríamos Estado del bienestar moderno, ni sanidad universal, ni educación accesible, ni infraestructuras comparables. No seríamos una economía avanzada, porque la innovación exige libertad y seguridad jurídica. Seríamos una Hungría pre-Orbán multiplicada por diez o una Turquía estancada. En el peor escenario, una Argentina militar; en el mejor, una Portugal salazarista eternizada.
Decir que estaríamos mejor es como decir que Windows XP sería hoy mejor sistema operativo que Windows 11 si Microsoft no hubiera actualizado nunca nada.
Es absurdo.
El mundo cambia; quien no cambia, se hunde.
Los que dicen “con Franco vivíamos mejor” ignoran 5 claves esenciales
Confunden un boom coyuntural con un sistema político eficiente. Los 60 fueron un boom europeo, no franquista. Olvidan la represión, la censura, el exilio, las torturas y la ausencia total de libertades. No entienden que el crecimiento moderno depende de instituciones democráticas. Desprecian la evidencia económica internacional. Caen en la nostalgia fabricada por propaganda franquista reciclada para redes sociales.
España crece porque es democracia. Y deja de crecer cuando se parece a una dictadura
No es casualidad que España evolucionara a velocidad de vértigo a partir de 1978:
Estado de derecho, alternancia política, autonomía territorial, libertad económica, integración en Europa…
Todo eso dispara el crecimiento.
Los economistas llevan décadas repitiéndolo.
Tampoco es casual que los momentos de mayor estancamiento lleguen precisamente cuando intentamos degradar lo que nos hizo progresar: instituciones, transparencia, independencia judicial, profesionalidad administrativa.
No es ideología; es economía.
Conclusión: el franquismo no fue el motor del crecimiento español —fue el freno
España no es una democracia rica a pesar de Franco.
España es rica porque dejó de ser franquista.
Quien diga lo contrario está negando 50 años de literatura económica, 50 años de evidencia internacional y 50 años de historia.
La democracia no es perfecta.
Pero la dictadura es siempre peor.
Y si alguien cree que estaríamos mejor bajo un autócrata… quizá necesite menos nostalgia y más lecturas serias.