Devorando libros o disfrutándolos: El arte de llevar un cuaderno de lecturas

¿Leer por placer o por números? Descubre el poder de un cuaderno de lecturas

En la era de internet, donde todo se mide en métricas, incluso la lectura ha caído en la trampa de los números. ¿Cuántos libros has leído este año? ¿Cuál es tu reto en Goodreads? ¿Cómo va tu lista de pendientes? Estas preguntas pueden hacer que leer, una actividad que debería ser placentera y enriquecedora, se convierta en una carrera contrarreloj.

Sin darnos cuenta, pasamos de disfrutar una buena historia a sentir la necesidad de marcar otro libro como “leído”. Pero, ¿qué pasa con la experiencia de sumergirse en las páginas, reflexionar sobre la historia y dejar que las palabras nos calen hondo? Aquí es donde entra en juego el cuaderno de lecturas, una herramienta que no solo nos ayuda a llevar un registro, sino que también nos permite saborear cada libro de una manera diferente y mucho más personal.

1. Leer para disfrutar, no para acumular

Es fácil caer en la mentalidad de la productividad: cuanto más leo, mejor. Pero, ¿realmente disfrutamos los libros si nuestro único objetivo es sumar más títulos a una lista? La lectura debe ser un placer, no una tarea pendiente. Un cuaderno de lecturas nos invita a ralentizar el proceso, a escribir sobre lo que nos ha dejado cada libro y a disfrutarlo más allá del acto de leer.

📖 Libro recomendado: El derecho a leer – Daniel Pennac

Pennac defiende que leer es un derecho y no una obligación. Nos recuerda que podemos leer por placer, sin presiones ni metas impuestas.

2. Expandir la experiencia de lectura

Tomar notas, marcar citas, escribir reflexiones… todo esto enriquece la lectura. No se trata solo de pasar páginas, sino de absorber las ideas, cuestionarlas y hacerlas propias. Un cuaderno de lecturas nos permite revisitar los libros desde otro ángulo y recordar qué nos impactó de cada historia.

📖 Libro recomendado: Cómo hablar de los libros que no se han leído – Pierre Bayard

Bayard explora cómo podemos interactuar con los libros más allá de su lectura literal, y cómo nuestras interpretaciones y recuerdos forman parte de la experiencia lectora.

3. Vencer el perfeccionismo y disfrutar el proceso

A veces, queremos que todo lo que hacemos quede perfecto, y eso nos paraliza. Si queremos llevar un cuaderno de lecturas, no tiene que ser estéticamente impecable, sino funcional y personal. Lo importante es que refleje nuestras emociones y pensamientos, sin importar si la letra es bonita o si hay tachones en la página.

📖 Libro recomendado: El camino del artista – Julia Cameron

Este libro es una guía para liberar la creatividad sin miedo al juicio, aplicable a la escritura de un diario o un cuaderno de lecturas.

4. Escribir a mano como una actividad relajante

En un mundo dominado por pantallas, escribir a mano se ha convertido en un acto casi revolucionario. Llevar un cuaderno de lecturas nos permite desconectarnos un poco del mundo digital y conectar con los libros de una manera más pausada y reflexiva. Escribir sobre lo que leemos también nos ayuda a procesar mejor la información y recordar con más claridad lo que hemos aprendido o sentido.

📖 Libro recomendado: La magia de la escritura a mano – Julia Cameron

Cameron habla sobre cómo escribir a mano puede ser terapéutico y una forma de conocernos mejor.

5. Crear listas y estructurar nuestras lecturas

Un cuaderno de lecturas no solo es un espacio para reflexionar sobre los libros leídos, sino también para organizar futuras lecturas. Podemos hacer listas de libros por leer, autores que nos interesan, géneros que queremos explorar o incluso títulos que hemos dejado a medias y queremos retomar.

📖 Libro recomendado: Bibliomanía – Jesús Marchamalo

Este libro explora el amor por los libros y cómo cada lector tiene su propio método para organizarlos y disfrutarlos.

Conclusión

Llevar un cuaderno de lecturas es una forma de transformar nuestra relación con los libros. En lugar de devorarlos a toda prisa, podemos disfrutar cada historia con más profundidad. No importa si no es perfecto, lo importante es que refleje nuestra experiencia de lectura y nos ayude a recordarla con el tiempo. Al final del día, leer no debería ser una competencia, sino un placer.