Bueno, vamos a hablar de algo que a muchos nos quita el sueño: cómo elegir la startup en la que invertir sin terminar lamentándolo. No es ningún secreto que lanzarse al mundo de las inversiones es como montarse en una montaña rusa con los ojos vendados. Pero hey, aquí estoy para darte unos consejillos basados en lo que todo inversor debería tener en cuenta antes de abrir la billetera.
Primero que nada, el equipo fundador. No estamos hablando solo de encontrar personas con experiencia y habilidades que se complementen, sino de gente con una dedicación al proyecto que roce la obsesión. Si estos tipos no viven y respiran su startup, mejor ni te acerques.
Ahora, la propuesta de valor. Si la startup no está solucionando un problema real con una solución única, ¿entonces qué estamos haciendo aquí? Busca algo que destaque, que haga decir a la gente: “¡Esto sí que necesitaba!”
El tamaño del mercado es otro tema. No tiene sentido invertir en algo genial si solo le interesa a cuatro gatos. El mercado debe ser grande y, preferiblemente, en expansión. Si no, ¿dónde está el potencial de hacerse de oro?
Y, ¿qué me dices de la tracción? Una startup con usuarios fieles o que ya esté generando ingresos tiene una pinta mucho más apetecible. Esto indica que hay demanda, que hay gente que ya dijo: “Sí, toma mi dinero”.
No nos olvidemos de la competencia. Tienes que ver cómo esta startup planea destacarse entre la multitud. Si su plan es “ser uno más”, pues amigo, mejor pasa de largo.
El modelo de negocio también es crucial. No solo tienen que ganar dinero, sino hacerlo de una manera que pueda crecer y mantenerse en el tiempo. Y, por favor, que tengan las finanzas claras. Si su plan financiero es un garabato en una servilleta, corre.
Los riesgos y desafíos siempre están ahí, así que asegúrate de que el equipo los tiene identificados y tiene un plan realista para enfrentarlos. Y hablando de realismo, los términos de la inversión deben ser justos para todos. No querrás acabar siendo el último mono de la cadena alimenticia.
Por último, si te importa el impacto social o ambiental, asegúrate de que tu inversión vaya en línea con tus valores. Que no todo sea dinero, ¿verdad?
En fin, invertir en startups es un arte tanto como una ciencia. Pero con estos puntos en mente, al menos tendrás una brújula para no perderte en el intento.
Referencia:
Un libro que profundiza en este tema es “Venture Deals: Be Smarter Than Your Lawyer and Venture Capitalist” por Brad Feld y Jason Mendelson. Este libro es una joya para entender el mundo de las inversiones en startups, desde términos de inversión hasta cómo evaluar una propuesta de valor. Te lo recomiendo si quieres ir más allá de este ensayo informal.