¿Alguna vez te has preguntado por qué hacemos lo que hacemos? ¿Por qué los seres humanos, y en este caso, incluso los monos, se involucran en tareas que aparentemente no tienen un beneficio inmediato? La respuesta podría residir en la «Motivación 3.0» de Daniel Pink, una teoría que cambia la forma en que entendemos lo que nos impulsa.
Hace miles de años, nuestros antepasados estaban motivados por lo que Pink llama «Motivación 1.0». En ese entonces, la lucha por la supervivencia era la prioridad. Encontrar alimentos, refugio y asegurar la reproducción eran las fuerzas impulsoras de la humanidad. Pero a medida que avanzamos en la historia, algo cambió.
La Revolución Industrial marcó el comienzo de la «Motivación 2.0». Aquí, las recompensas y los castigos se convirtieron en el motor de la productividad. La zanahoria y el palo se utilizaron para guiar el comportamiento de las personas en el trabajo. Salarios más altos o la amenaza de despido impulsaban a los trabajadores a cumplir sus tareas. Sin embargo, esta motivación extrínseca tenía un inconveniente importante: solo funcionaba hasta cierto punto.
Hoy en día, en la economía del conocimiento, la Motivación 2.0 ya no es suficiente. No podemos forzar a las personas a ser curiosas, creativas e innovadoras mediante amenazas o recompensas materiales. Lo que necesitamos es la «Motivación 3.0», la motivación intrínseca. Esta es la motivación que proviene de nuestro deseo interno de hacer algo por el simple placer de hacerlo.
El experimento con los monos Rhesus nos mostró que, incluso sin recompensas externas, los primates se involucraron en resolver un rompecabezas. Esto nos dice que hay una fuerza misteriosa, una motivación interna que nos impulsa a hacer cosas que nos interesan y nos divierten.
La Motivación 3.0 es crucial en una economía donde la creatividad y la innovación son esenciales. Las personas motivadas intrínsecamente son autónomas y tienen pasión por lo que hacen. No necesitan ser vigiladas constantemente porque encuentran satisfacción en su trabajo. En lugar de depender de incentivos externos, debemos cultivar esta motivación interna en nuestra sociedad y en el lugar de trabajo.
En resumen, la evolución de la motivación nos ha llevado desde satisfacer nuestras necesidades básicas hasta buscar la gratificación intrínseca en lo que hacemos. La Motivación 3.0 de Daniel Pink nos insta a abrazar esta nueva forma de motivarnos y a crear un entorno donde podamos ser curiosos, creativos e innovadores de manera natural.