¡Hey, ¿has escuchado hablar de esa cosa llamada interocepción? Bueno, no importa si eres un adulto o un niño, si tienes TDAH o no, esto puede cambiar tu juego de atención. Así que, relájate, no voy a intentar convencerte de que medites, pero vamos a hablar de cómo hacer que tu atención funcione mejor y cómo evitar esos parpadeos de atención que nos hacen perder detalles importantes.
Resulta que todos tenemos dos modos de procesamiento visual: uno estrecho, como si miraras a través de una pajita de refresco cuando estás súper enfocado en algo, y otro amplio, como una vista panorámica que te permite absorber más información de tu entorno. Ahora, ¿adivina qué? Puedes entrenar ese segundo modo, sin importar si usas gafas o no.
¿Cómo? Es sencillo. Dedica tan solo 17 minutos de tu día a sentarte en silencio, cerrar los ojos y prestar atención a tu respiración y a cómo se siente tu cuerpo. Esto es lo que llamamos interocepción. No tienes que dirigir tu mente a ningún lugar específico, solo enfócate en ti mismo durante ese tiempo.
Lo increíble es que hacer esto una sola vez puede reducir significativamente esos molestos parpadeos de atención. ¿No es genial? Tu concentración mejora y parece que dura para siempre. Además, hay evidencia de que esta práctica también podría ayudar a contrarrestar el deterioro cognitivo relacionado con la edad. ¡Así que es un ganar-ganar para todos!
No estoy diciendo que todos debamos convertirnos en monjes meditadores, pero dedicar 17 minutos a esta simple práctica puede hacer maravillas para mejorar tu capacidad de atención y concentración. Así que, la próxima vez que sientas que tu mente divaga, ¡intenta la interocepción y la visión panorámica para darle un impulso a tu enfoque! 🧘♂️✨