Últimamente, he estado pensando mucho en cómo la tecnología, especialmente nuestros teléfonos inteligentes, ha empezado a jugar un papel bastante contradictorio en nuestras vidas. Sí, nos han hecho la vida más fácil en un montón de aspectos, pero ¿a qué costo? Bueno, parece que no soy el único que se hace esta pregunta. De hecho, hay un movimiento creciente hacia el uso de teléfonos sin aplicaciones ni notificaciones. Sí, has leído bien. Teléfonos que hacen lo que originalmente estaban destinados a hacer: llamadas y, si acaso, enviar mensajes de texto.
Esta reflexión me llevó a indagar un poco sobre el tema, y me encontré con algo super interesante: un estudio de Microsoft que nos da un dato alarmante. Resulta que nuestra capacidad de atención ha disminuido de 12 segundos en el 2000 a tan solo 8 segundos ahora. ¿Las principales razones? Las redes sociales y, por supuesto, nuestros queridos smartphones. Al parecer, si logramos alejarnos un poco de estos distractores, podríamos empezar a recuperarnos de lo que algunos ya denominan “la epidemia atencional”.
Ahora, te estarás preguntando, ¿por qué está pasando esto? Bueno, vivimos en una era de sobreinformación. Tenemos tanto contenido a nuestro alcance que decidir en qué enfocarnos se ha convertido en todo un desafío. Entre más notificaciones recibimos, más dispersa se vuelve nuestra atención. Imagínate esto: el ciudadano medio de EE.UU. interactúa con su móvil ¡2.617 veces al día! Y lo desbloquea unas 150 veces. ¡Eso es una locura!
Pero espera, hay más. Todo esto se reduce a la dopamina, esa sustancia química que juega un papel crucial en cómo sentimos placer. Lo que nos estimula y captura nuestra atención ya no son experiencias humanas reales, sino creaciones de nuestra propia invención. ¿Irónico, no te parece?
Este panorama me lleva a pensar que, quizás, regresar a lo básico no es tan mala idea. Un teléfono que solo te permita llamar y enviar SMS podría ser la clave para reconectar con lo verdaderamente importante en la vida. No sé tú, pero yo estoy considerando seriamente hacer el cambio.
Y para los que quieran profundizar más en este tema, les recomiendo echarle un ojo al libro “Mindfulness digital: Cómo aportar equilibrio a nuestras vidas digitales Rústica de David M. Levy . Este libro ofrece una perspectiva fascinante sobre cómo gestionar nuestra relación con la tecnología para mejorar nuestra calidad de vida.