¿Y si te dijera que nadie va a venir a darte el sentido de tu vida? Que no hay un plan secreto del universo esperándote, ni un dios vigilando tus pasos para premiarte o castigarte después de la muerte. Sí, puede sonar duro, pero también es liberador. Esa es, básicamente, la idea detrás de una frase que ha marcado la historia del pensamiento: “Dios ha muerto”, como dijo Nietzsche. Pero no lo dijo como una celebración atea, sino como una advertencia: si no hay un significado divino, entonces nos toca a nosotros crear el nuestro.
Y ahí entra lo que se conoce como existencialismo. Esta corriente filosófica no te vende humo ni consuelo barato. Al contrario, te lanza la vida en crudo y te dice: “Dale, haz algo con esto. Es tu responsabilidad”. Es la llamada “voluntad de poder”: actuar, crear, tomar decisiones, y luego bancarte las consecuencias. Nadie lo hará por vos.
Puede dar miedo, sí. Pero también puede empoderarte. ¿Querés ser artista? Sé artista. ¿Querés vivir tranquilo, sin fama ni gloria? Perfecto. ¿Querés reinventarte a los 40? Estás a tiempo. Nadie te debe sentido, pero vos podés construir el tuyo. La vida deja de ser un guion escrito por otro y se convierte en una hoja en blanco.
Referencia bibliográfica:
Nietzsche, F. (1883). Así habló Zaratustra