¿Alguna vez te has sentido abrumado por la cantidad de opciones disponibles? ¿Te has encontrado paralizado frente a un menú interminable en un restaurante o ante una variedad infinita de opciones de ropa en una tienda? Bueno, no estás solo. Según Mariano Sigman en su libro “El poder de las palabras”, el exceso de opciones puede convertirse en una maldición en lugar de una bendición al momento de tomar decisiones.
En un mundo donde la libertad de elección se valora tanto, parece contradictorio que tener más opciones pueda ser problemático. Sin embargo, Sigman argumenta que la abundancia de opciones no necesariamente nos brinda más libertad, sino que puede conducirnos a la parálisis. Este fenómeno, conocido como la “maldición de la elección”, nos hace sentir abrumados e incapaces de tomar decisiones cuando nos enfrentamos a una multitud de alternativas.
El ejemplo del asno de Buridan ilustra perfectamente este concepto. El asno, incapaz de elegir entre dos montones de paja idénticos, termina muriendo de inanición. Aunque nosotros no lleguemos a ese extremo, la indecisión puede afectar significativamente nuestra calidad de vida y nuestro bienestar. Por suerte, existen estrategias para combatir esta parálisis decisional.
Una de estas estrategias, propuesta por el colega de Sigman, Jerôme Sackur, es recurrir al azar. Llevar una moneda y lanzarla cuando nos enfrentamos a decisiones equivalentes e irrelevantes puede ayudarnos a romper el empate y tomar una decisión de manera más eficiente. Esta simple técnica nos libera del peso de la responsabilidad y nos ahorra tiempo y energía mental.
En resumen, si bien la libertad de elección es importante, el exceso de opciones puede ser contraproducente. Para evitar caer en la trampa de la parálisis decisional, es útil reconocer cuando estamos frente a una situación de empate y recurrir al azar para tomar decisiones de manera más rápida y eficiente. De esta manera, podemos evitar convertirnos en asnos de Buridan y vivir nuestras vidas con mayor claridad y determinación.