Vamos a hablar de algo que está cambiando debajo de nuestras narices, y quizás no lo hemos notado tanto como deberíamos. Es sobre cómo la figura del “hombre de acción o emprendedor” está empezando a eclipsar a la del “ciudadano” tradicional en nuestras sociedades. Y no, no estoy hablando de una nueva película de superhéroes, aunque la idea suena a guion de Hollywood. Esto es real y está sucediendo ahora mismo.
Según Galindo, y no me refiero a tu vecino sino a un académico en este contexto, estamos viendo un cambio monumental en quién es considerado el prototipo de persona exitosa en nuestra sociedad. Antes, el ideal era ser un ciudadano informado, alguien que participa en el debate público con una buena dosis de autonomía intelectual. Sin embargo, ahora parece que lo que se lleva es ser un emprendedor, un verdadero hombre o mujer de acción que se mete de lleno en el mundo económico con innovación o, al menos, con una capacidad impresionante para surfear las olas de la incertidumbre laboral.
Y aquí viene el twist, como en las mejores películas: el sistema educativo está entrando en este juego. Antes, la escuela pública tenía tres grandes misiones: formar trabajadores, formar ciudadanos y formar personas. Pero al parecer, nos estamos olvidando de las dos últimas. Ahora, es como si la educación se estuviera convirtiendo en un simple apéndice del sistema económico, poniendo todo el foco en prepararnos para ser trabajadores, dejando un poco de lado eso de ser ciudadanos críticos y personas autónomas que pueden manejar su propia vida.
¿Pero qué significa esto? ¿Es algo malo? Bueno, depende de a quién le preguntes. Para algunos, esta podría ser la evolución natural de nuestra sociedad, adaptándose a un mundo que cambia a velocidad de vértigo. Pero para otros, podría ser una señal de alerta, un recordatorio de que quizás estamos perdiendo de vista aspectos fundamentales de lo que significa ser humano.
Lo cierto es que este debate está más vivo que nunca, y es crucial que participemos en él. Después de todo, el tipo de sociedad en la que queremos vivir depende de las decisiones que tomemos hoy. Y tú, ¿de qué lado estás?