¿Alguna vez te has pillado intentando recordar esos momentos felices del pasado, solo para darte cuenta de que, como tratar de agarrar el agua, se deslizan entre tus dedos? Bueno, parece que no estamos solos en este viaje emocional algo frustrante. Según Pablo d’Ors en su «Biografía del silencio», perseguir la felicidad pasada es un ejercicio fútil, y llega a una conclusión bastante reveladora: la felicidad es, ante todo, una cuestión de percepción.
La idea de que la felicidad es principalmente una percepción no es algo nuevo, pero d’Ors le da un giro interesante. Sugiere que si pudiéramos limitarnos a percibir, a estar plenamente presentes en el momento, podríamos acercarnos a lo que realmente somos. Esto es bastante profundo si lo piensas. No se trata de acumular momentos de felicidad para revisitarlos más tarde; se trata de vivir completamente el ahora, percibirlo sin filtros.
Entonces, ¿qué podemos sacar de esta perspectiva para nuestra propia búsqueda de la felicidad? Aquí van cinco puntos claves que deberías considerar:
- Vive el momento: Sí, es un cliché, pero por una buena razón. La felicidad no se encuentra en los recuerdos del pasado ni en las expectativas del futuro, sino en la riqueza del presente.
- La percepción es clave: Nuestra experiencia del mundo es subjetiva, filtrada por nuestras percepciones. Cambia tu percepción, cambia tu mundo. La felicidad puede estar más relacionada con cómo eliges ver las cosas que con las cosas mismas.
- Menos es más: En nuestra cultura de excesos, la idea de limitarnos a percibir puede parecer contraintuitiva. Pero simplificar y reducir nuestras distracciones puede ayudarnos a estar más presentes y, por ende, más conectados con nuestra fuente interna de felicidad.
- Conócete a ti mismo: La percepción sin autoconocimiento es como navegar sin brújula. Entender quiénes somos nos ayuda a interpretar nuestras percepciones de manera que alineen con nuestra verdad interna.
- La práctica hace al maestro: Como cualquier habilidad, la capacidad de vivir en el presente y ajustar nuestras percepciones requiere práctica. Meditación, mindfulness, y otras prácticas de atención plena pueden ser herramientas útiles en esta aventura.
En cuanto a una referencia de libro que profundiza en este tema, te recomiendo «El arte de la felicidad» de Dalai Lama y Howard C. Cutler. Este libro ofrece una perspectiva única y práctica sobre cómo la percepción puede influir en nuestra búsqueda de la felicidad, complementando los puntos planteados por d’Ors.
En resumen, la felicidad es un estado fluido y dinámico, más ligado a cómo percibimos el mundo que a lo que el mundo nos ofrece. Y en esta percepción radica la clave para desbloquear nuestra felicidad interna, una que no depende del recuerdo de tiempos pasados ni de las expectativas del futuro, sino del auténtico y vibrante ahora. ¿No es acaso una idea liberadora?