Mujeres jóvenes y el estrés: por qué es importante hablar sobre ello y cómo superarlo

¿Sabías que las chicas a menudo se preocupan más que los chicos por su desempeño académico? En nuestro artículo exploramos las razones detrás de esto y ofrecemos consejos prácticos para ayudarlas a desarrollar una mentalidad de crecimiento.

El estrés es una parte común de la vida, pero a menudo se asocia más con las mujeres que con los hombres. De hecho, una encuesta reciente encontró que las mujeres jóvenes experimentan niveles más altos de estrés que los hombres jóvenes. La presión por cumplir con las expectativas, el rendimiento académico y las relaciones personales son solo algunos de los factores que pueden contribuir al estrés en las mujeres jóvenes. Entonces, ¿cómo pueden las chicas lidiar con el estrés y encontrar formas saludables de sobrellevarlo?

En nuestra sociedad actual, las chicas en edad escolar enfrentan innumerables presiones y expectativas a diario. Desde el constante bombardeo de imágenes retocadas en las redes sociales hasta las expectativas académicas y sociales en la escuela, las jóvenes se ven sometidas a una gran cantidad de estrés y ansiedad. Una de las mayores preocupaciones es el atractivo personal y la autoaceptación, en un mundo obsesionado con el cuerpo y el aspecto físico.

Es importante destacar las inquietudes ocultas y las angustias que estas jóvenes experimentan en su período educativo. A menudo, estas preocupaciones pueden ser pasadas por alto o minimizadas, pero es crucial abordarlas para ayudarlas a sobrepasarlas y tener éxito. En este artículo, exploraremos las cargas y las dudas que enfrentan las chicas cada día en su ciclo escolar, y ofreceremos consejos y estrategias para los progenitores, los formadores y todos nosotros para ayudarlas a superar estas presiones y tener éxito en su educación y en sus vidas en general.

 

«Hace un par de años, cuando mi esposa y yo descubrimos que íbamos a tener una niña, me emocioné bastante. Hay algo especial en la relación entre un papá y su hija. Y a pesar de lo emocionado que estaba, había subestimado por completo cuánto la amaría cuando finalmente viniera.»

Tampoco me di cuenta de lo difícil que lo tienen las mujeres jóvenes en estos días, especialmente en comparación con los hombres jóvenes. Aunque mi vástago es solo una niña en este momento, quiero estar completamente preparada para ayudarla con cualquier obstáculo con el que tenga que lidiar. Ahora sé que las mujeres jóvenes enfrentan muchos desafíos, como la discriminación de género, el acoso, la presión social y la falta de representación en campos importantes como la política y la ciencia. Como madre, es mi responsabilidad estar informada y ser una aliada para mi descendencia en estos tiempos de incertidumbre.

Hasta hace poco, pensaba que tenía una buena idea de cómo hacer eso. Pero en los últimos días, me ha sorprendido lo poco que sé de los obstáculos que enfrentan las mujeres jóvenes hoy en día, ¡y mucho menos qué hacer con todos ellos! Por suerte, encontré una publicación muy útil de la Dra. Lisa Damour titulada Bajo presión: Enfrentando la epidemia de tensión y angustia en las jóvenes. Al principio, me preocupé un poco al considerar todo lo que enfrenta mi hija, pero al final, Damour me tranquilizó con sus recomendaciones para superar todas las adversidades que enfrentan las mujeres jóvenes en estos tiempos inciertos. Ahora estoy más preparada para ser una buena aliada para las mujeres jóvenes en mi entorno y para ayudarlas a enfrentar los problemas que puedan surgir.

En el libro de referencia se analiza la maternidad y el control de la imagen a través del estilo de vida de una joven madre.

Bajo presión: Enfrentando la epidemia de estrés y ansiedad en las niñas «de la Dra. Lisa Damour (Under Pressure: Confronting the Epidemic of Stress and Anxiety in Girls)

Aquí hay tres enseñanzas importantes que descubrí de esta obra literaria: en primer lugar, la tensión y la presión no siempre son malas, depende de la circunstancia y de cómo las enfrentamos. En segundo lugar, es importante ayudar a las mujeres jóvenes que nos rodean a afrontar sus problemas en lugar de evitarlos, ya que esto les ayudará a desarrollar habilidades de resiliencia y fortaleza. Y en tercer lugar, aunque las mujeres jóvenes suelen destacar en la escuela y en los estudios, es común que sientan una gran preocupación y ansiedad por su desempeño académico, a pesar de su éxito. Es importante estar atentos a esta preocupación y brindar apoyo emocional para ayudar a las jóvenes a manejar su estrés y ansiedad de manera saludable.

Pero es por eso que estoy agradecido de haber encontrado el libro de la Dra. Lisa Damour Bajo presión: Enfrentando la epidemia de estrés y ansiedad en las niñas. Debo admitir que me asustó un poco al principio considerando todo lo que enfrenta mi hija. Pero al final, Damour me tranquilizó con sus consejos para superar todas las dificultades que enfrentan las chicas en estos días.

Aquí hay tres lecciones importantes que descubrí de esta:

  1. La ansiedad y el estrés no siempre son malos, solo depende de la situación.
  2. Ayuda a las chicas que te rodean a afrontar sus problemas en lugar de evitarlos.
  3. Las mujeres jóvenes son mejores en la escuela que los hombres jóvenes, pero se preocupan más por eso.

La discriminación de género sigue siendo un problema importante para las mujeres jóvenes en muchos ámbitos de la vida. Las jóvenes a menudo enfrentan barreras en el trabajo, la educación y la política debido a su género. Además, el acoso y el abuso sexual son preocupaciones constantes para muchas mujeres jóvenes. Como aliados, es importante estar atentos a estos problemas y trabajar para abordarlos y crear entornos más seguros e inclusivos para las mujeres jóvenes.

Además de los desafíos a nivel social y cultural, las mujeres jóvenes también enfrentan problemas de salud mental significativos. La ansiedad y la depresión son comunes entre las jóvenes y pueden afectar su bienestar y su capacidad para tener éxito en la vida. Como padres y aliados, es importante prestar atención a la salud mental de las mujeres jóvenes y buscar ayuda profesional si es necesario. También es importante fomentar un ambiente de apoyo y de aceptación en el hogar y en la comunidad para ayudar a las mujeres jóvenes a desarrollar una actitud positiva hacia sí mismas y a superar cualquier estigma asociado con la salud mental.

Para ayudar a las mujeres jóvenes a superar los desafíos que enfrentan, es importante brindar apoyo y mentoría. Las mujeres jóvenes pueden beneficiarse de tener modelos a seguir y mentores que les brinden orientación y apoyo emocional. Además, es importante fomentar un ambiente de confianza y apertura donde las mujeres jóvenes puedan hablar libremente sobre sus preocupaciones y buscar consejo y ayuda cuando lo necesiten. Como aliados, es importante estar disponibles y escuchar activamente a las mujeres jóvenes en nuestras vidas, para que puedan sentirse apoyadas y empoderadas para enfrentar los desafíos que enfrentan.

A veces, el estrés es bueno porque puede ayudarnos a crecer.

En los últimos tiempos, hemos sido testigos de muchos progresos en materia social, política y legal para el género femenino. Aunque esto puede parecer una buena noticia, es importante entender que la vida de una niña puede ser difícil y llena de desafíos. En particular, la cantidad de ansiedad y estrés que las niñas experimentan ha aumentado significativamente en los últimos años. Si bien algunos de estos problemas pueden ser perjudiciales, también es importante reconocer que otros pueden tener beneficios positivos para su crecimiento y desarrollo.

La cantidad de ansiedad y estrés que experimentan las niñas está aumentando drásticamente. Algunas de estas cargas son negativas, pero es vital que reconozcamos que otras son positivas.

De hecho, se ha demostrado que salir de la zona de confort puede ser beneficioso para el crecimiento personal. En otras palabras, el estrés generado por situaciones que no son familiares, como hablar en público, puede conducir a un mayor desarrollo de la resiliencia y la fuerza para afrontar futuras pruebas. Asimismo, la ansiedad también puede ser útil en algunos casos, ya que puede indicar que algo anda mal y motivar a las personas a tomar medidas para resolver problemas.

La ansiedad también es beneficiosa a veces. Tener miedo de algo puede indicar que algo anda mal. Si no has estudiado lo suficiente para un examen, por ejemplo, probablemente te preocupes. Si bien la ansiedad puede ser debilitante a veces, también puede ser beneficiosa. La ansiedad puede motivar a las personas a tomar medidas y resolver problemas. También puede ayudar a las personas a estar más alertas y conscientes de su entorno.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que existen límites en cuanto a la cantidad de ansiedad que puede ser beneficiosa. Cuando se convierte en malestar generalizado, la persona puede tener dificultades para concentrarse o prestar atención, lo que puede afectar su capacidad para aprender. Aunque la ansiedad puede ser una estrategia útil a corto plazo, es importante encontrar formas de manejarla adecuadamente para evitar que se convierta en un problema a largo plazo.

Por ejemplo, si su hija sufre una lesión que le impide escribir, puede ser beneficioso que sus amigos tomen notas por ella para ayudarla a recuperarse más rápido. Sin embargo, si su hija tiene una lesión que afecta su desempeño atlético y, por ende, su capacidad para obtener una beca universitaria, la ansiedad puede convertirse en un problema perjudicial. En estos casos, es importante evaluar la capacidad mental, emocional y financiera de su hija para manejar la situación. Si no es posible cambiar la situación, entonces es importante buscar formas de ayudarla a manejar su ansiedad y estrés para evitar que afecten su bienestar a largo plazo.

Es fundamental entender que la ansiedad puede ser beneficiosa hasta cierto punto, ya que puede motivar a las personas a tomar medidas y enfrentar los desafíos. Sin embargo, cuando la ansiedad se vuelve debilitante, puede tener efectos negativos en la salud mental y emocional de una persona. Por lo tanto, es importante reconocer los límites de la ansiedad y desarrollar estrategias para manejarla de manera efectiva.

Por ejemplo, si su hija experimenta ansiedad debido a un desafío que enfrenta, como hablar en público, puede ayudarla a desarrollar habilidades para manejar su ansiedad. Esto puede incluir técnicas de relajación, como la respiración profunda y la meditación, o estrategias para reducir el estrés, como hacer ejercicio regularmente y dormir lo suficiente. Al ayudar a su hija a manejar su ansiedad de manera efectiva, estará ayudando a desarrollar su resiliencia y fuerza para enfrentar futuros desafíos.

Es importante recordar que la ansiedad no es una respuesta necesariamente negativa. De hecho, puede ser una señal de que algo anda mal y puede motivar a las personas a tomar medidas para resolver problemas. Sin embargo, cuando la ansiedad se convierte en malestar generalizado, puede ser un signo de que se necesita ayuda adicional. Si su hija está experimentando ansiedad y estrés debilitantes, puede ser útil buscar la ayuda de un profesional de la salud mental o emocional para desarrollar estrategias más efectivas para manejar su ansiedad.

Puede averiguar si el miedo que está experimentando su hija es negativo examinando su capacidad mental, emocional o financiera para superarlo. Si no puede cambiar su situación, será demasiado.

Aunque hemos visto muchos avances en materia de igualdad de género en los últimos años, la vida de una niña puede ser difícil y llena de desafíos. Es importante reconocer que la ansiedad y el estrés son parte de la vida y que, en algunos casos, pueden ser beneficiosos para el crecimiento personal. Sin embargo, es fundamental entender los límites de la ansiedad y desarrollar estrategias efectivas para manejarla. Al ayudar a su hija a desarrollar habilidades para manejar su ansiedad, estará ayudando a desarrollar su resiliencia y fuerza para enfrentar futuros desafíos.

No enseñe a sus niñas a evitar problemas, sino a enfrentarlos.

El Dr. Damour es un psicopedagogo especializado en ayudar a jóvenes y adolescentes que se encuentran en un estado de crisis emocional o desequilibrio. Con frecuencia, recibe en su consulta a menores que están sufriendo un colapso nervioso y necesitan ayuda para superar sus problemas. Uno de los casos más recientes fue el de Jamie, una joven que llegó llorando a la consulta del doctor porque tenía que hacer un examen de química y temía reprobarlo.

El especialista, consciente de la importancia de ayudar a Jamie a enfrentar sus miedos, comenzó por escucharla y entender sus preocupaciones. Trató de ponerse en su lugar, para poder empatizar con su situación y ayudarla a superar sus temores. Sin embargo, al mismo tiempo, supo que dejarla evadir la prueba no sería la solución a largo plazo para sus ansiedades. Sabía que la ansiedad solo empeora cuando eludimos las situaciones que nos generan miedo o desafío.

Aunque Jamie quería evitar la prueba, el Dr. Damour sabía que eso no ayudaría a sus ansiedades. Comenzó por empatizar con las preocupaciones de Jamie, pero no la dejó intentar salir de ellas. Eso es porque la ansiedad solo empeora cuando evitamos las cosas que nos asustan.

Imaginemos por un momento que el Dr. Damour hubiera permitido que Jamie evadiera el examen de química. Tal vez en ese momento, la joven hubiera sentido un poco de alivio, un descanso momentáneo de la tensión que la estaba afectando. Pero, ¿qué hubiera pasado luego? La realidad es que, tarde o temprano, Jamie tendría que enfrentar otras pruebas o evaluaciones de química, y la ansiedad volvería a aparecer, quizás con más fuerza que antes. Evadir las situaciones que nos generan miedo no es una solución efectiva a largo plazo. Es necesario aprender a enfrentar nuestros temores y desafíos, para poder superarlos y crecer como personas.

Tratar de huir de sus dificultades también la priva de adquirir la importante enseñanza de que el error no siempre es algo negativo. Es probable que se sienta tensa en cuestión de días porque supongo que sabe que tiene que aprender y entrenarse para intentar superar el próximo examen que tiene que hacer. Todo esto podría haberse prevenido si se hubiera entrenado de alguna manera para su examen.

Evadir sus obstáculos también le impide comprender la crucial verdad de que la falla no siempre es perjudicial. Es posible que se sienta ansiosa en pocos días, ya que supongo que sabe que debe investigar y ensayar para intentar pasar el siguiente test que tiene que realizar. Todo esto podría haber sido eludido si hubiera practicado de alguna manera para su test.

Tratar de evitar sus inconvenientes también le impide asimilar la significativa lección de que la derrota no siempre es adversa. Probablemente se sienta nerviosa en cuestión de días, ya que supongo que sabe que tiene que examinar y practicar para intentar lograr la próxima evaluación que tiene que realizar. Todo esto podría haber sido evadido si se hubiera practicado de alguna manera para su evaluación.

En lugar de permitir que el individuo evadiera lo que le preocupaba, el psicólogo le enseñó a abordarlo gradualmente, como si se tratara de pequeñas acciones, lo que se conoce como «pasos de bebé». Para ello, utilizó diversos materiales didácticos, tales como audiovisuales, grabaciones y otros recursos. Además, el especialista recomendó al individuo pedir ayuda al profesor o tutor en aquellos momentos en que se sintiera más vulnerable, como antes de un examen, por ejemplo. Después de unos días, el psicólogo volvió a ver al paciente, quien se mostraba más tranquilo y calmado. Aunque la evaluación aún no había salido como esperaba, se sentía mejor por haberlo intentado.

Si tus hijas luchan contra la ansiedad, es importante ayudarlas a afrontar sus miedos gradualmente, con pequeñas acciones que les permitan avanzar de manera constante. Para ello, se pueden utilizar distintos recursos, como materiales didácticos, colaboración del profesor o tutor, entre otros. De esta forma, se les proporciona asistencia en aquellos momentos en que se sienten más inquietas, como antes de una evaluación o prueba. Es importante recordar que el objetivo no es evitar la ansiedad, sino aprender a manejarla y afrontarla de manera efectiva. Con el tiempo, se pueden observar avances significativos y una mayor tranquilidad y serenidad en las niñas.

 

Las niñas superan a los niños en la escuela, pero les cuesta más preocuparse por cómo les va.

No solamente a las niñas les va mejor que a los niños en todas las asignaturas de la escuela, sino que hay una mayor cantidad de niñas que de niños que asisten a la universidad. Además, las mujeres tienen una tasa de graduación más alta y obtienen títulos más avanzados que los hombres. Es evidente que existe un éxito femenino en la educación, aunque también hay un costo oculto en este logro. Las niñas suelen estar más estresadas por la escuela que los niños, lo que sugiere que es necesario tomar medidas para solucionar este problema.

Para comenzar a solucionar el problema de la ansiedad en las niñas, es importante entender las diferencias entre los géneros. Los estudios indican que las mujeres jóvenes tienden a depender más de la retroalimentación de los maestros que los hombres. Le dan un mayor valor a las calificaciones y las consideran como una medida completa de su capacidad académica. Por otro lado, los niños piensan en las malas calificaciones como resultado de no trabajar lo suficiente, en lugar de ser una medida de sus habilidades.

Para ayudar a las niñas a combatir la ansiedad, es fundamental fomentar una mentalidad de crecimiento en ellas. Las chicas necesitan comprender que una tarea o una prueba solo muestra su comprensión actual del material, y que pueden mejorar con un trabajo arduo. Cuanto más confíen en que pueden desarrollar sus habilidades, menos preocupadas estarán por la escuela.

No obstante, la preocupación de las niñas por la escuela es un problema real que debe ser abordado. Es importante ayudar a las niñas a comprender que sus habilidades no están determinadas por una sola calificación, sino por su progreso a largo plazo. Para combatir la ansiedad, es fundamental apoyar una mentalidad de crecimiento que anime a las niñas a seguir trabajando duro y mejorando. Es importante recordar que, aunque las niñas han logrado un éxito en la educación, no todas tienen la misma suerte y muchas enfrentan dificultades. Es necesario estar conscientes de esto y apoyar a todas las mujeres jóvenes en su camino hacia el éxito académico.

 

Bajo presión: Enfrentando la epidemia de estrés y ansiedad en las niñas «de la Dra. Lisa Damour (Under Pressure: Confronting the Epidemic of Stress and Anxiety in Girls)