Presumir: El Eco de la Inseguridad

Todos hemos conocido a alguien que, en una reunión o una conversación casual, se enreda en interminables anécdotas sobre sus logros pasados. Parece que estos relatos surgen siempre para destacar cuánto brillaron en un momento específico, cuán grande fue su éxito o cuán envidiables eran sus hazañas. Este tipo de actitud puede parecer arrogante, y hay quienes incluso podrían admirar a estas personas, creyendo que son superiores. Sin embargo, como señala el filósofo, este comportamiento podría ser el reflejo directo de un sentimiento de inferioridad.

Alfred Adler, un influyente psicólogo, lo explicó de manera contundente: aquellos que sienten la necesidad de presumir lo hacen debido a un profundo sentido de inseguridad que los impulsa a buscar validación externa. En realidad, el verdadero sentido de superioridad se encuentra en la humildad; en no tener la necesidad de impresionar a los demás. Aquellos que están seguros de sí mismos no sienten la urgencia de demostrar constantemente su valía.

Entonces, ¿qué impulsa a estas personas a hablar tanto de sí mismas? Aquí hay cinco puntos clave para comprender esta dinámica:

  1. Inseguridad Enmascarada: Las personas que presumen a menudo buscan compensar un sentido subyacente de inseguridad o insuficiencia, intentando validar su valía ante los demás.
  2. Necesidad de Aprobación: Los relatos de sus logros buscan la aprobación y el reconocimiento de quienes los rodean. La validación externa se convierte en una forma de obtener confianza temporal.
  3. Comparación Social: Este comportamiento puede estar influenciado por una constante comparación con los demás. Se centran tanto en cómo se miden frente a otros que se sienten obligados a destacar sus virtudes.
  4. Falta de Autoaceptación: No están satisfechos con lo que son, así que buscan una versión idealizada de sí mismos para proyectarla hacia el exterior.
  5. Ciclo de Descontento: El presumir puede generar una breve satisfacción, pero esta es efímera. Esto lleva a un ciclo continuo de alardear para mantener una autoestima frágil.

Comprender el porqué detrás de esta actitud nos permite ver a las personas que presumen no como arrogantes, sino como individuos en busca de aceptación. Como indica Adler, la clave está en fomentar una autoestima sana que no dependa de la aprobación de otros.

Referencia:

Adler, A. (1931). Understanding Human Nature. Hay House Inc.