¿Alguna vez te has detenido a pensar en qué valores guían tu vida y si realmente te conducen hacia la felicidad? Muchas personas caen en la trampa de adoptar lo que podríamos llamar «valores chatarra», aquellos que, en lugar de enriquecer nuestras vidas, pueden llevarnos por un camino equivocado.
Uno de esos valores chatarra es la búsqueda obsesiva del placer. Claro, todos queremos sentirnos bien y disfrutar de la vida, pero hacer del placer el valor central puede ser peligroso. ¿Por qué? Porque perseguir el placer por encima de todo nos puede llevar a situaciones destructivas, como las de los drogadictos, adúlteros y glotones. La investigación ha demostrado que quienes consideran el placer como el mayor bien a menudo terminan sintiéndose ansiosos y deprimidos.
Otro valor chatarra común es medir nuestra vida en términos de éxito material. ¿Te has sentido tentado a compararte con el vecino que tiene un coche más grande o presume de un lujoso Rolex? Si es así, debes saber que este valor no contribuye significativamente al bienestar. Los estudios revelan que una vez que nuestras necesidades básicas están satisfechas, la riqueza adicional no aumenta nuestra felicidad. Además, dar prioridad a la búsqueda de riqueza sobre valores como la familia, la honestidad o la integridad puede resultar perjudicial.
Entonces, ¿cómo podemos evitar caer en la trampa de los valores chatarra? En su mayoría, estos valores surgen de la falta de valores sólidos en los que basar nuestras vidas. La clave está en identificar valores que sean dignos de esforzarnos por ellos. Estos valores deben estar arraigados en la realidad, ser útiles para la sociedad y tener efectos inmediatos y controlables.
Tomemos, por ejemplo, el valor de la honestidad. La honestidad es un excelente guía en la vida porque podemos controlarla (solo nosotros decidimos si somos honestos o no), se basa en la realidad y, al proporcionar retroalimentación sincera a los demás, es útil para la sociedad. Otros valores que cumplen estos tres criterios son la creatividad, la generosidad y la humildad.
Así que, si deseas alcanzar la felicidad auténtica, evita los valores chatarra como la búsqueda desenfrenada del placer y la obsesión por el éxito material. En su lugar, busca valores sólidos que te ayuden a crecer como persona, contribuir a la sociedad y experimentar la satisfacción inmediata de vivir de acuerdo con ellos. La elección está en tus manos, ¿qué valores quieres seguir?