El camino hacia la grandeza no siempre comienza con un talento innato o un coeficiente intelectual excepcional. La creencia común de que la excelencia es principalmente “nacida” y no “hecha” nos lleva a un error frecuente: centrarnos únicamente en los puntos de partida, es decir, en las habilidades inicialmente visibles.

Pero, como argumenta el psicólogo organizacional Adam Grant en su libro Hidden Potential: The Science of Achieving Greater Things, el verdadero potencial no depende de dónde se empieza, sino de qué tan lejos se viaja. Las personas que avanzan más no suelen ser “genios naturales”; más bien son “monstruos de la crianza”, moldeados por la práctica, la disciplina y los sistemas adecuados.

El éxito extraordinario —en campos tan diversos como el ajedrez, el deporte, la ciencia o el arte— se construye sobre tres pilares fundamentales: el desarrollo de habilidades de carácter, la creación de andamios para la motivación y la construcción de sistemas de oportunidad.

I. Desarrollando Habilidades de Carácter: Mejorar en el Mejoramiento

El carácter no es un código moral fijo, sino un conjunto de habilidades aprendidas para vivir alineado con nuestros principios. A diferencia de la personalidad, que refleja nuestros instintos, el carácter refleja nuestra capacidad para priorizar valores sobre emociones inmediatas. Lejos de ser rígido, el carácter mantiene su plasticidad a lo largo de la vida.

Estas habilidades se manifiestan en tres formas esenciales:

1. Convertirte en una Criatura de la Incomodidad

El crecimiento ocurre en la zona donde se unen la preparación y la incomodidad. La forma más rápida de mejorar es buscar, aceptar y amplificar lo incómodo.

Abandona tu estilo preferido: El aprendizaje eficaz no consiste en elegir lo que te resulta más fácil, sino lo que es más adecuado para la tarea. Para el pensamiento crítico, por ejemplo, la lectura y la escritura fomentan un procesamiento más analítico. Acepta el ridículo: El miedo a “sonar estúpido” es uno de los obstáculos más fuertes para aprender un nuevo idioma u otra habilidad. Los mejores políglotas cultivan la habilidad de meterse en la arena antes de sentirse listos y convertir el error en un motor de mejora.

2. Convertirte en una Esponja Humana

Ser una esponja implica proactividad, apertura intelectual y capacidad para absorber, asimilar y aplicar información valiosa.

Pide consejos, no solo feedback: El feedback mira al pasado; el consejo mira al futuro y fomenta el coaching. Filtra información con inteligencia: Tus mentores deben combinar credibilidad, familiaridad y cuidado auténtico. Esa triada determina si una crítica construye o destruye.

3. Convertirte en un Imperfeccionista

El potencial no se libera persiguiendo la perfección, sino tolerando los defectos correctos.

Practica Wabi Sabi: Acepta la imperfección como parte del proceso creativo. Evalúa la distancia recorrida: Sustituye la autocrítica excesiva por autocompasión y concéntrate en el progreso, no en los tropiezos.

II. Andamios para la Motivación: Cómo Superar Obstáculos

Las habilidades de carácter requieren apoyos temporales —andamios motivacionales— especialmente cuando aparecen el agotamiento, el estancamiento o la duda.

1. Transformar la Monotonía en Juego

La práctica prolongada sin emoción conduce al burnout o al boreout. La solución es el juego deliberado, que convierte la práctica en un proceso estimulante.

Jugar también es practicar: La variación controlada mantiene la pasión armoniosa. Compite contigo mismo: La competencia interna asegura que la única forma de ganar sea crecer. Descansa de forma proactiva: El descanso es combustible, no pereza.

2. El Camino Indirecto hacia el Progreso

Cuando sientes languidez o estancamiento, el avance raramente es lineal.

Retrocede para avanzar: A veces necesitas desmontar tus métodos actuales para construir otros mejores. Toma un desvío estratégico: Un proyecto paralelo puede darte las victorias pequeñas que reactivan tu motivación.

3. El Arte de Volar por Tus Propios Medios (Bootstrapping)

Enseñar y entrenar a otros impulsa tu propio crecimiento.

Efecto Tutor: Enseñar refuerza el aprendizaje. Efecto Entrenador: Aconsejar a otros activa tu autoeficacia. Expectativas como motor: Las bajas expectativas externas pueden servir como desafío. Pero la mayor fuerza surge de saber que otros dependen de nosotros.

III. Sistemas de Oportunidad: Cómo Abrir Puertas y Ventanas

Para escalar el potencial a nivel social, necesitamos instituciones y organizaciones que no desperdicien talento.

1. Diseñar Escuelas para el Crecimiento

El sistema finlandés parte de una idea simple: todo estudiante tiene potencial.

Looping: Tener el mismo maestro por varios años crea relaciones profundas y personalizadas. Apoyo robusto: Equipos de bienestar estudiantil aseguran intervenciones tempranas. La alegría del aprendizaje: El juego y la autonomía mantienen la motivación intrínseca.

2. Potenciar la Inteligencia Colectiva

La clave del éxito en equipo no es la inteligencia individual, sino la cohesión.

Brainwriting en lugar de brainstorming: La participación equilibrada desbloquea la inteligencia colectiva. De escaleras a rejillas: Las jerarquías rígidas frenan las ideas; los sistemas con múltiples caminos permiten que la mejor propuesta emerja.

3. Encontrar Diamantes en Bruto

Los sistemas de selección deben dejar de confundir logros pasados con potencial futuro.

La adversidad como indicador: La inclinación de la pendiente importa más que la altura alcanzada. Evalúa la trayectoria, no solo el promedio: El crecimiento sostenido revela resiliencia y capacidad. Pruebas reales de trabajo: En lugar de interrogatorios, permite que los candidatos demuestren sus habilidades en tiempo real.

Conclusión: La Verdadera Medida del Potencial

La verdadera medida del potencial no es la altura del pico alcanzado, sino la distancia recorrida. El crecimiento más importante se logra construyendo carácter, levantando andamios motivacionales y diseñando sistemas equitativos que permitan a más personas desarrollar su potencial.

Buscar el potencial oculto es como minar oro: no se trata de encontrar una pepita en la superficie, sino de crear sistemas que permitan a muchas personas excavar profundo y traer a la luz el talento que de otro modo quedaría enterrado.