El arte de empezar libros… y no terminarlos
Seguramente te ha pasado: compras un libro con toda la emoción del mundo, comienzas a leerlo con entusiasmo, y de repente… queda abandonado en tu estantería, esperando a ser retomado algún día. Pero ese “algún día” nunca llega. No estás solo. De hecho, la mayoría de las personas no terminan los libros que empiezan, y las razones son más complejas de lo que parecen.
Primero, hay que entender que no todos los libros son iguales. No es lo mismo leer una novela de ficción adictiva que un tratado de economía con 800 páginas llenas de gráficos y términos técnicos. Los estudios muestran que la gente tiene más probabilidades de terminar novelas que ensayos o libros académicos. Un claro ejemplo es que mientras el 90% de los lectores de Kindle terminaron El jilguero de Donna Tartt, solo el 3% logró llegar al final de El capital en el siglo XXI de Thomas Piketty.
Pero no todo es culpa del libro en sí. También hay factores personales y culturales. En Japón existe el término tsundoku, que describe el hábito de acumular libros sin leerlos, con la esperanza de hacerlo algún día. Es como si comprar un libro nos diera una pequeña dosis de satisfacción intelectual sin necesidad de leerlo. En nuestra cultura digital, esto se mezcla con la ansiedad de estar siempre actualizados con las últimas tendencias, lo que nos lleva a comprar más libros de los que realmente podemos leer.
Otro factor clave es el tiempo… o más bien la falta de él. Muchas personas afirman que dejan de leer porque están demasiado ocupadas, aunque, curiosamente, no parecen tener problemas para pasar horas en redes sociales o viendo series. Aquí entra en juego la “competencia del entretenimiento”: la lectura compite con Netflix, YouTube, videojuegos y una cantidad infinita de distracciones que, para ser sinceros, requieren menos esfuerzo mental.
Además, la edad y el entorno también influyen en los hábitos de lectura. Un estudio en el Reino Unido mostró que los mayores de 55 años leen más que los jóvenes de 16 a 24 años. Tal vez sea por la costumbre, por menos distracciones digitales o simplemente porque tienen más tiempo. En España, las mujeres leen más que los hombres en todas las generaciones, y las personas con mayor nivel de vida también leen más.
Entonces, ¿cómo podemos vencer la tendencia a abandonar libros? Quizás la clave está en elegir mejor lo que leemos, encontrar momentos específicos para la lectura y aceptar que no todos los libros necesitan ser terminados. Después de todo, leer debe ser un placer, no una obligación.
Cinco puntos clave sobre el abandono de la lectura y libros recomendados
1. El tipo de libro influye en la tasa de abandono
• Autor: Daniel Kahneman
• Libro: Pensar rápido, pensar despacio
• 📌 Este libro, aunque es muy popular, tiene una tasa de abandono altísima porque su contenido es denso y requiere esfuerzo mental.
2. El fenómeno del “tsundoku” y la acumulación de libros sin leer
• Autor: Marie Kondo
• Libro: La magia del orden
• 📌 Kondo menciona que muchas personas acumulan libros sin leer por apego emocional o aspiraciones intelectuales no cumplidas.
3. La falta de tiempo y la competencia con otras formas de entretenimiento
• Autor: Johann Hari
• Libro: Roba atención
• 📌 Este libro explica cómo la tecnología y las redes sociales han reducido nuestra capacidad de concentración, afectando nuestros hábitos de lectura.
4. Los hábitos de lectura varían según la edad y el género
• Autor: Pierre Bourdieu
• Libro: La distinción
• 📌 Bourdieu analiza cómo los hábitos culturales, incluida la lectura, dependen del estatus social y el entorno.
5. Cómo mejorar la constancia en la lectura
• Autor: James Clear
• Libro: Hábitos atómicos
• 📌 Clear ofrece estrategias para crear hábitos efectivos, incluyendo la lectura diaria con metas pequeñas y consistentes.
En conclusión, si alguna vez te has sentido culpable por dejar un libro a medias, no te preocupes: es un fenómeno más común de lo que crees. Quizás la clave no está en forzarnos a terminar cada libro que empezamos, sino en elegir mejor lo que realmente queremos leer y encontrar nuestro propio ritmo de lectura.