¿Alguna vez te has pillado sintiéndote triste o enojado sin razón aparente, y luego te das cuenta de que algo pequeño te recordó un mal momento del pasado? Es como si tu cerebro tuviera un botón de repetición para todas esas experiencias negativas. ¿Te has preguntado por qué pasa esto? Resulta que hay una razón bastante simple: el cableado de tu cerebro está jugando contigo.
Para entender esto mejor, vamos a hacer un experimento mental. Cuando digo “Las rosas son rojas”, ¿qué se te viene a la mente? Apuesto a que pensaste “las violetas son azules”, ¿verdad? Eso es porque tu cerebro ha creado una conexión automática entre esas dos frases. No importa que hayan pasado años desde la última vez que las escuchaste juntas; tu cerebro las mantiene unidas como si fueran mejores amigos.
Este fenómeno no se limita solo a frases inocentes sobre flores. Funciona con experiencias emocionales también. Imagina que tu cerebro es como un almacén donde guardas todos tus recuerdos. Los buenos están allí, sí, pero también los malos. Y esos recuerdos dolorosos a menudo se guardan “sin procesar”. Esto significa que cada vez que algo te recuerda ese recuerdo, no solo piensas en él, sino que también sientes todas las emociones y sensaciones físicas que vinieron con él.
Por ejemplo, piensa en alguien que siempre pide a sus parejas que no lo dejen. A lo mejor, esta persona no está reaccionando al presente, sino que está reviviendo un miedo antiguo. Tal vez cuando era pequeño, hubo una noche de tormenta en la que se sintió solo y asustado, y sus padres no estaban allí para consolarlo. Ahora, cada vez que su pareja habla de irse, su cerebro trae de vuelta esa sensación de miedo y abandono.
Así que, la próxima vez que te encuentres reaccionando de manera exagerada a algo, detente un momento. Pregúntate: “¿Esto es realmente sobre lo que está pasando ahora, o mi cerebro está sacando a pasear un recuerdo viejo?” Comprender cómo funciona tu cerebro puede ayudarte a reaccionar de manera más adaptativa y saludable. ¡Y eso, amigos, es un pequeño vistazo a la locura maravillosa que es nuestro cerebro!