La Meditación de Conciencia sin Elección: Un Viaje a la Mente Despejada
Cuando hablamos de meditación, muchas veces nos imaginamos a alguien sentado en la posición de loto, cerrando los ojos y tratando de alcanzar la paz interior. Pero, ¿alguna vez has oído hablar de la meditación de conciencia sin elección? A diferencia de las prácticas tradicionales, esta forma de meditación no se enseña en muchas escuelas y podría sonar un poco misteriosa. Sin embargo, es una técnica increíblemente poderosa que descubrí gracias a la lectura del libro de Christian Mortey.
La meditación de conciencia sin elección no se trata de forzar la mente a calmarse ni de repetir mantras hasta que tus pensamientos se desvanecen. En su lugar, se basa en una idea bastante simple pero profunda: ser consciente de tus pensamientos sin intentar controlarlos o eliminarlos. Es un enfoque que se enfoca en la observación pura y simple.
Al principio, puede parecer extraño no intentar controlar los pensamientos. Nos enseñan desde pequeños a controlar nuestras emociones y a mantener la mente enfocada, así que permitir que los pensamientos fluyan libremente sin interferir puede ser un desafío. Sin embargo, lo interesante de esta práctica es que al observar tus pensamientos con atención, empiezas a notar patrones. Te das cuenta de cuántos de tus pensamientos están impulsados por el miedo. Este acto de observación es liberador y puede ayudarte a despejar tu mente de una manera que la meditación tradicional puede no lograr.
El objetivo de la meditación, en general, es calmar la mente. Sin embargo, luchar contra los pensamientos o enterrarlos bajo un ruido blanco solo ofrece soluciones temporales. La meditación de conciencia sin elección, en cambio, te permite enfrentarte a tus pensamientos de frente, entender su origen y, eventualmente, dejarlos ir.
Los 5 puntos claves que deberías conocer sobre la meditación de conciencia sin elección:
- Observación sin juicio: La clave es observar tus pensamientos sin tratar de cambiarlos o juzgarlos. Solo debes ser consciente de ellos.
- Identificación de patrones: Con el tiempo, notarás patrones en tus pensamientos, especialmente aquellos impulsados por el miedo y la ansiedad.
- Despejar la mente: A medida que te vuelves más consciente de tus pensamientos, empezarás a notar una mente más despejada y menos sobrecargada.
- No forzar la calma: No se trata de forzar a la mente a estar en calma. La tranquilidad es un subproducto de la observación constante y consciente.
- Práctica constante: Como cualquier forma de meditación, requiere práctica constante. Al principio puede ser difícil, pero con el tiempo se vuelve más natural.
Este enfoque puede no ser para todos, pero si estás buscando una manera diferente de abordar la meditación, la conciencia sin elección puede ser exactamente lo que necesitas. Al final del día, se trata de encontrar lo que mejor funcione para ti y tu mente.
Referencia:
Mortey, Christian. La Meditación y la Mente Despejada. Editorial Ediciones Claridad, 2015.