Cómo mantener el equilibrio emocional en tiempos difíciles para una vida equilibrada

Cómo mantener el equilibrio emocional en tiempos difíciles para una vida equilibrada

El cómo tener control emocional y de los propios impulsos emocionales de uno mismo suele ser la pregunta del millón de €.

El dominarse a uno mismo y sus emociones puede llegar a ser un reto realmente importante. Siempre ha existido la preocupación por controlarse a uno mismo así como a sus impulsos, y en cierto modo, a muchos nos gustaría conocer las técnicas para controlar el enojo. 

Controlar las emociones es realmente importante porque uno mismo puede verse afectado por ellas y también puede llegar a afectar a los demás si no se está atento.

El enojo es una de las emociones más difíciles de controlar. A menudo surge de forma repentina e inesperada, y puede ser muy difícil de contener. Si no se controla, el enojo puede llegar a ser destructivo, dañar relaciones y causar problemas en el lugar de trabajo o en la vida personal.

Aunque puede parecer que es imposible controlar el enojo, existen algunas técnicas que pueden ayudar. Estas técnicas incluyen aprender a reconocer los primeros síntomas de enojo, tomar un tiempo para tranquilizarse y pensar de forma racional, y canalizar el enojo de forma constructiva. También es importante tener un plan para lidiar con el enojo de forma efectiva y aprender a comunicar de forma asertiva en lugar de agresiva.

Además del enojo, existen otras emociones que pueden ser difíciles de controlar, como la tristeza, el miedo y la ansiedad. Aprender a controlar estas emociones puede mejorar significativamente la calidad de vida de una persona.

Una técnica efectiva para controlar las emociones es la meditación. La meditación ayuda a calmar la mente y a reducir el estrés, lo que a su vez puede ayudar a controlar las emociones. También es importante practicar la auto-reflexión y la auto-observación para identificar patrones de pensamiento y comportamiento que puedan estar contribuyendo a las emociones negativas.

Otra técnica útil es la respiración profunda. Tomar respiraciones profundas y lentas puede ayudar a reducir la ansiedad y el estrés, lo que a su vez puede ayudar a controlar las emociones.

En resumen, controlar las emociones es esencial para una vida saludable y feliz. Aprender técnicas efectivas para controlar el enojo, la tristeza, el miedo y la ansiedad puede mejorar significativamente la calidad de vida de una persona. La meditación, la auto-reflexión, la auto-observación y la respiración profunda son algunas de las técnicas que pueden ayudar a controlar las emociones.

Algunas ideas para controlar las emociones y el enojo:

Hay muchas maneras de controlar el enojo. Aquí hay algunas ideas que puedes probar:

  1. Haz ejercicio o practica alguna actividad física: Esto puede ayudarte a liberar la tensión y reducir el estrés que puede desencadenar el enojo.
  2. Respira profundamente y cuenta hasta 10: Esto puede ayudarte a calmarte y a pensar de manera más clara antes de reaccionar de manera impulsiva.
  3. Sal de la situación: Si estás en una situación que te está haciendo enojar, trata de alejarte de ella temporalmente para darte un tiempo para calmarte.
  4. Habla sobre tus sentimientos: Compartir tus sentimientos con alguien de confianza puede ayudarte a procesar lo que estás sintiendo y a encontrar una solución para el problema.
  5. Practica la meditación o la técnica de relajación: Estas técnicas pueden ayudarte a controlar tus pensamientos y a reducir el enojo.
  6. Haz algo que te haga sentir bien: Haz algo que te guste o que te haga sentir bien contigo mismo, como escuchar música o pasar tiempo con amigos.
  7. Busca ayuda profesional: Si el enojo es algo que te está afectando significativamente en tu vida diaria, es posible que necesites buscar ayuda profesional de un terapeuta o consejero.

 

No puedo controlar mis emociones¡

¿Cuantas veces hemos escuchado este comentarío? El manejar las emociones una vez desatadas no es nada fácil. ¿cómo controlar el amor?…  ¿Nunca ha oído a alguien decir que «mis emociones me dominan«? Por no saber cómo controlar los impulsos, muchos líderes de naciones han iniciado guerras a lo largo de la historia. Y estos eran los primeros que tendrían que haber desarrollado su inteligencia emocional a base de mejorar su integridad emocional y no desequilibrarse al primer supuesto agravio que tuvieran.

Y este tipo de problema ha ido a la par del desarrollo de la vida en comunidad en cuanto que los excesos han puesto siempre en riesgo la propia estabilidad de la sociedad.

De una parte somos esclavos de nuestra propia naturaleza humana, por otra parte sí que se puede ejercer algo de control sobre la intensidad de esas emociones. ¿En cuantas ocasiones hemos observado en otras personas o en nosotros mismos que las emociones se vuelven completamente insostenibles e incontrolables y estas nos llevan a cometer acciones completamente contraproducentes?

Así, el dominar los arrebatos emocionales y de calmarse es el más fundamental de los recursos psicológicos. Si, se puede llegar a decir que «puedo manejar mis emociones«. Y lo mejor es que estas habilidades se pueden aprender y desarrollar, pero especialmente durante los años de la infancia en los que el cerebro está en perpetua adaptación. El ejemplo lo tenemos cuando aprendemos a controlar el enfado.

El enfado, es una emoción muy común y normal, pero muchas veces no sabemos controlarla. Cuando estamos enfadados, no pensamos con claridad, y podemos llegar a hacer o decir cosas que luego nos arrepentimos. Es importante que sepamos controlar nuestras emociones, y aprender a gestionarlas de una forma adecuada.

El controlar las emociones, es un proceso muy importante para el desarrollo personal, y social. Las emociones nos ayudan a interactuar con los demás, y nos dan pistas sobre cómo debemos actuar en cada situación. Al controlar las emociones, estamos mejorando nuestra calidad de vida, y las relaciones con los demás.

 

¿Cómo controlar las emociones negativas?

Existen muchas formas de controlar las emociones negativas. Algunas personas pueden utilizar técnicas de relajación, como la respiración profunda o el mindfulness. Otras personas pueden optar por hacer ejercicio físico o practicar un hobby creativo.

El enfado es una emoción negativa que se alimenta a si misma a base del dialogo interno que la persona despliega. Se dice que hay unas 10 emociones negativas claramente identificadas. Pero en relación al enfado, la gente se suele justificar a uno mismo para poder descargar el enfado contra el otro. Dice que así se sienten mejor. Pero no funciona así la cosa. Cuando más vueltas se le dá al asunto, mas enfadado se pone la persona. Y por supuesto más razones hay para descargar el enfado en el otro. El enfado se construye sobre el propio enfado y su naturaleza inflamable atrapa las estructuras cerebrales, anulando toda guía cognitiva. Estas emociones negativas tienen que ser evitadas y si se inician hay que controlarlas. Al originarse el enfado en la sensación de hallarse amenazado, bien por una amenaza física o amenaza en contra de la autoestima o el amor propio, el enfado se convierte en una emoción incontrolable e incluso euforizante.

El enfado es una emoción más negativa que la tristeza o la depresión. Porque al enfado no se le puede llamar sentimiento, es erróneo llamarlo así. Hay que controlarlo. Ya que aumentan las probabilidades de sufrir duelos personales, endeudamientos, enfermedades psicosomáticas, ataques de pánico, estrés crónico, disfunciones sexuales…

De hecho existe la falsa creencia de que la mejor forma de combatirlo consiste en expresarlo abiertamente. Lo cual no sirve para nada. El estado emocional de uno no es tan fácil de controlar de esta manera. Los arranques de ira incrementan la excitación emocional y hacen que se sienta uno todavía más irritado. El problema está en saber discernir. “Siempre hay razones para estar enfadados, pero éstas rara vez son buenas”.  Benjamin Franklin.

Lo mejor para acabar con el enfado es por medio del reencuadre de la situación a base de añadir información adicional que explique mejor que ha pasado. Evidentemente dentro de un aspecto más positivo. Existen muchos tipos de emoción, y estas valen la pena conocerlas.

Muchas veces algo de información positiva adicional sobre la situación original, puede quitar gran fuerza al enfado. Otra manera de hacerlo es cambiando el enfoque de atención terminando de esta manera la cadena de pensamientos negativos que solo hacen incendiar la situación más y más.

Igual que el enfado, la tristeza es un estado de ánimo que animan a  desplegar recursos que tampoco sirven para nada. Por ejemplo, aislarse solamente contribuye a aumentar su sensación de soledad. Si el problema adquiere naturaleza crónica, se puede hablar de depresión, y puede erosionar la salud mental y física de una persona llevándola incluso al suicidio.

Lo que mejor ha funcionado aquí es la terapia cognitiva de cara reorientar las estrategias de pensamiento que originan esa tristeza constante. Se anima en este proceso a identificar, cuestionar y relativizar los pensamientos que son origen de la obsesión y a definir actividades agradables que sirvan de distracción.

Lo cual implica, que también se puede aprender a controlar la tristeza así como controlar sentimientos en lineas generales. Existen multitud de estrategias de pnl que pueden ayudar a mejorar en el control de las emociones. En ocasiones el estrés de tener muchas cosas que hacer nos genera una ansiedad innecesaria que con aplicaciones tipo nozbe se puede gestionar adecuadamente.

Recuerda, siempre hay cosas que se pueden hacer para controlar las emociones negativas:

  1. Identifica tus emociones: A veces, es difícil controlar nuestras emociones si no sabemos exactamente qué es lo que estamos sintiendo. Trata de identificar tus emociones y los factores que pueden estar contribuyendo a ellas.
  2. Practica la respiración profunda: La respiración profunda puede ayudarte a calmar tu sistema nervioso y a reducir la tensión. Trata de tomar unos minutos para respirar profundamente y concentrarte en tu respiración.
  3. Haz ejercicio: El ejercicio puede ayudarte a liberar la tensión y a mejorar tu estado de ánimo. Trata de hacer ejercicio regularmente y siempre que te sientas abrumado o estresado.
  4. Habla sobre tus emociones: Compartir tus emociones con alguien de confianza puede ayudarte a procesar lo que estás sintiendo y a encontrar soluciones para los problemas que te estén causando estrés.
  5. Practica la meditación o la técnica de relajación: La meditación y otras técnicas de relajación pueden ayudarte a controlar tus pensamientos y a reducir las emociones negativas.
  6. Busca ayuda profesional: Si tienes dificultades para controlar tus emociones o si están afectando significativamente tu vida diaria, es posible que necesites buscar ayuda profesional de un terapeuta o consejero.

 

¿Cómo puedo saber que tengo pensamientos negativos?

Hay algunas señales comunes de que puedes tener pensamientos negativos:

    1. Te sientes abrumado o estresado con frecuencia.
  1. Tienes dificultad para ver el lado positivo de las cosas.
  2. Te sientes crítico contigo mismo o con los demás.
  3. Te sientes ansioso o deprimido con frecuencia.
  4. Tienes dificultad para concentrarte o tomar decisiones.
  5. Te sientes pesimista o sin esperanza.

Si reconoces alguna de estas señales en ti mismo, es posible que tengas pensamientos negativos. Trata de prestar atención a tus pensamientos y a cómo te sientes para poder identificar cuándo tienes pensamientos negativos.

 

¿Cómo puedo convertir un pensamiento negativo en un pensamiento positivo?

Hay algunas cosas que puedes hacer para convertir un pensamiento negativo en un pensamiento positivo:

  1. Identifica el pensamiento negativo: Primero, es importante identificar qué pensamiento es el que te está afectando de manera negativa.
  2. Cuestiona el pensamiento: Pregúntate si el pensamiento es cierto o si hay evidencia en contra de él. Trata de buscar pruebas que apoyen tu pensamiento positivo.
  3. Reemplaza el pensamiento negativo con uno positivo: Una vez que hayas identificado el pensamiento negativo y hayas cuestionado su veracidad, trata de reemplazarlo con un pensamiento más positivo. Por ejemplo, si te dices a ti mismo «soy un fracasado», trata de reemplazar ese pensamiento con algo como «he tenido dificultades en el pasado, pero he aprendido de ellas y puedo tener éxito en el futuro».
  4. Practica la afirmación: Las afirmaciones son oraciones que afirman algo positivo sobre ti mismo. Trata de utilizar afirmaciones para reemplazar tus pensamientos negativos con pensamientos más positivos.
  5. Busca apoyo: Si tienes dificultad para controlar tus pensamientos negativos, es posible que necesites buscar ayuda de un terapeuta o consejero. Ellos pueden ayudarte a identificar y cambiar tus patrones de pensamiento negativo.

 

Reflexiones para padres para mejorar la vida emocional de tus hijos.