Todos queremos ser más inteligentes, pero muchas veces ignoramos que nuestro cerebro, por muy eficiente que sea, a veces nos juega malas pasadas. Tener un coeficiente intelectual alto no te exime de tomar malas decisiones o de ver las cosas de manera distorsionada. La buena noticia es que existen herramientas para mejorar nuestro estilo cognitivo, es decir, la forma en que procesamos la información y tomamos decisiones.

Piensa en esto: alguna vez te has enfrentado a un problema que parecía imposible de resolver, pero luego de un tiempo, cuando te calmabas y lo veías desde otro ángulo, la solución parecía casi obvia. Esa es la magia de entrenar tu estilo cognitivo, y aunque suene muy académico, cualquiera puede hacerlo.

Uno de los mejores trucos es “considerar lo contrario”. En lugar de obsesionarte con lo difícil que puede parecer un problema, intenta pensar: ¿Y si no es tan complicado como creo?. Este pequeño cambio de perspectiva puede abrir un mundo de posibilidades. Después está lo que los psicólogos llaman autodistancia, o como yo lo llamo: “consejo de mejor amigo”. Si un amigo tuyo estuviera en la misma situación, ¿qué le dirías? A veces, alejarnos emocionalmente de nuestros problemas nos ayuda a ver soluciones más claras.

Otra técnica útil es comprobar las tarifas base. En el mundo real, muchas veces las cosas no son tan excepcionales como parecen. ¿Qué suele pasar en este tipo de situaciones? Preguntarte esto puede aterrizarte y evitar que sobredimensiones el problema. Lo mismo ocurre con las emociones. A veces decimos “estoy infeliz”, cuando en realidad solo estamos frustrados con una situación específica. Diferenciar nuestras emociones nos ayuda a abordar el problema de manera más efectiva.

Finalmente, no olvides que hay más de una manera de mejorar las cosas. A menudo, pensamos que solo existe una solución o camino correcto, pero las alternativas abundan si te permites explorarlas.

En resumen, mejorar tu estilo cognitivo no solo es posible, es necesario. Ser inteligente no es suficiente si no aprendemos a usar esa inteligencia de manera estratégica. Si te pones a practicar estos enfoques, te prometo que empezarás a ver tus problemas de una manera totalmente diferente.

Puntos Claves y Referencias:

1. Considera lo contrario

• Punto clave: Cambiar tu perspectiva puede ayudarte a resolver problemas que parecen difíciles.

• Autor: Daniel Kahneman

• Libro: Thinking, Fast and Slow

2. Autodistancia

• Punto clave: Alejarse emocionalmente de una situación te permite tomar mejores decisiones.

• Autor: Ethan Kross

• Libro: Chatter: The Voice in Our Head, Why It Matters, and How to Harness It

3. Comprobar las tarifas base

• Punto clave: Observar cómo se resuelven problemas similares en la vida real puede ofrecer una mejor perspectiva.

• Autor: Gerd Gigerenzer

• Libro: Gut Feelings: The Intelligence of the Unconscious

4. Diferenciación emocional

• Punto clave: Diferenciar entre emociones puede ayudarte a responder mejor a las situaciones.

• Autor: Lisa Feldman Barrett

• Libro: How Emotions Are Made: The Secret Life of the Brain

5. Más de una manera de mejorar las cosas

• Punto clave: Siempre existen múltiples caminos para resolver un problema; explora todas las opciones.

• Autor: Scott Page

• Libro: The Diversity Bonus: How Great Teams Pay Off in the Knowledge Economy

Estos puntos clave son solo el comienzo para desarrollar un estilo cognitivo que te ayude a enfrentar los desafíos del día a día. Como cualquier habilidad, mejorar nuestra forma de pensar requiere práctica, pero los beneficios son enormes.